"Días de olvido"
Extraño
los días de olvido de la infancia,
donde todo era presente y juego,
la religión era un mito verdadero
y los miedos se acababan al sentir tu pecho
o tus consuelos.
El tiempo que poseía mis cabellos lacios,
también lo extraño;
cuando negros caían pesados hacia mi frente
y hacia mis ojos,
y cómo brillaban todos fulgurantes
apenas después del baño.
Extraño
ese único cansancio de jugar tanto y llorar tan rápido,
aquél gozo de escupir los sabores
que solo yo consideraba rancios.
Extraño
ver la lluvia cayendo
y mi imaginación con ella explotando,
contemplando el viento y los árboles
detrás del vidrio
y esos torrentes de agua por las calles inundando.
¡Me siento tan lejos de esos tiempos!,
de ese fácil olvido,
¡de ese cariñoso cansancio!
Ahora a la religión le temo,
y tu pecho y tus palabras
por más que los invoco...
ya no los traigo.
(Toronto, Canadá. Gustavo Thomas © 2012-2014)